Fue la
carrera del país. Todos estuvimos pendientes esa tarde del lunes donde uno de
los nuestros nos representaba con gallardía. La cita era a las 3:45pm, todo el
pueblo se detuvo para ver a uno de los suyos correr en nombre de la patria como
parte de las Olimpiadas 2012 en Londres.
Nos
sembraron la esperanza de escuchar por primera vez La Borinqueña en unos juegos
olímpicos. La presea dorada era el objetivo. Javier Culson Pérez era el
encargado de conseguirla. Para eso, entrenó y se preparó con tesón y disciplina.
Tenía todas las de ganar y más de cuatro millones de porristas que le deseaban
lo mejor.
El
resultado fue una reñida y honrosa medalla de bronce. Primero hubo pena y algo
de frustración por parte de Culson. Luego el pueblo le dio animo y aliento suficiente
para quitarle el peso de encima que tuvo para obtener la primera medalla de oro
boricua.
Todos
querían el “oro”, pero la única persona que podía lograrlo era Javier. Nadie
más. Sobre sus hombros estaba la esperanza del país entero, de un banco y demás
auspiciadores, de los medios de comunicación y hasta de las redes sociales.
Demasiada responsabilidad y presión para alguien que se enfrentó a la crema y
nata del atletismo mundial.
Javier
Culson, cual empresario, tuvo que enfrentar a su competencia más fuerte, a los
más exigentes clientes y la ausencia de sus seres queridos. Tuvo que preparase,
dedicarse y sacar la cara por el país, al igual que los pequeños y medianos
comerciantes en la economía de Puerto Rico. Todos quieren paliar la crisis
económica, pero nadie quiere hacer algo por ella.
Muchos
empresarios se entrenan para abrir sus negocios, otros compiten sin el
entrenamiento adecuado. Unos corren solos, otros con el respaldo de su
comunidad. Todos tienen el mismo objetivo: tener éxito y sobrepasar los
obstáculos que se encuentren en el camino.
Son muchos
los aspectos que necesitan conocer los emprendedores y empresarios para que sus
negocios echen pa’ lante y así se desarrolle positivamente la economía del
país. No solo es ayudarlos a establecerse, es darle la mano en el proceso de
crecimiento y fomentar la compra de productos y servicios hechos aquí. Es un
trabajo en equipo que requiere dedicación y compromiso. La misma receta de
Culson para alcanzar la meta: entrar al medallero de las economías emergentes y
sacar la cara por Puerto Rico con el desarrollo de la industria netamente
puertorriqueña. Al fin y al cabo, ésta también es la carrera del país.